Oldcivilizations's Blog

Antiguas civilizaciones y enigmas

Los enigmas del Nazismo 1/2


En un principio mi intención era poner estos artículos sobre el nazismo como parte de la serie de artículos sobre “Los “dioses” de la antigua Sumer, ¿siguen estando presentes en la actualidad?, ya que hay algunos aspectos de este fenómeno que se enlazan con lo indicado en aquellos artículos. Pero finalmente he pensado que tenían suficiente entidad propia como para crear unos artículos independientes.  Y es importante que todo el mundo, incluida la gente joven, tenga “in mente” las raíces de unos terribles sucesos que acontecieron hace poco más de 65 años: menos que la duración media de la vida de un ser humano. Débora Goldstern escribió un libro titulado «Claves Ocultas Del Nazismo», en que en gran parte se basa este artículo. Podéis ver sus interesantes artículos en  http://cronicasubterranea.blogspot.com/

  

 

Desde 1939 a 1946 un verdadero Apocalipsis se desencadenó sobre Europa y parte de Asia, causando millones de muertos, heridos y un grito de dolor y desolación colectivos que seguramente llegó hasta las estrellas más lejanas. Pero sobre el Tercer Reich Alemán y el Nazismo, ¿se ha contado toda la verdad?  La Historia oficial responde que sí, pero en este artículo intentamos mostrar una serie de evidencias que nos indican todo lo contrario. Muchas de estas evidencias nos muestran el terrible peligro al que se expuso nuestra civilización y señalan  la posibilidad de que su derrota fuera solo aparente y que en realidad todo lo sucedido tenga relación con lo indicado en los otros artículos. Y es importante conocer el pasado para prevenir el futuro. También es importante tener en cuenta lo indicado en los artículos de la serie: los “dioses” de la antigua Sumer, ¿siguen estando presentes en la actualidad?”

El coste humano para la antigua URSS (Rusia) se calcula en unos 27 millones de victimas. Entre los aliados occidentales se ha estimado en 44 millones, mientras que en el Tercer Reich y sus aliados se estima en unos 11 millones.  Estados Unidos, que apenas sufrió bajas en su población civil, perdió a unos 400.000 ciudadanos. En total se calcula que hubo la astronómica cifra de 121 millones de víctimas que sufrieron los delirios de Hitler y sus secuaces. Pero este supuesto delirio ¿a qué se debía?¿Podemos resumir la Segunda Guerra Mundial como un enfrentamiento entre el Tercer Reich y los Aliados Occidentales? ¿O, entre Fascismo y Democracia?

Y un hecho que aparece con meridiana claridad es la conexión esotérica-mística en el desarrollo del Tercer Reich, que se decía que tenía que durar mil años. Uno de los primeros escritos que informaron sobre esta casi desconocida conexión esotérica la facilitaron los escritores/filósofos franceses Louis Powles y Jacques Bergier, en su obra “El Retorno de los Brujos”, que en uno de sus capítulos escribieron esta enigmática frase: «…No somos tan locos como para querer explicar la Historia por las sociedades secretas. Pero sí que veremos, cosa curiosa, que existe una relación y que, con el nazismo, «otro mundo» reinó sobre nosotros durante algunos años. Ha sido vencido, pero no ha muerto, ni al otro lado del Rin ni en el resto del mundo. Y no es eso lo temible, sino nuestra ignorancia …«. En efecto, parece que una fuerza oscura y poderosa operaba en aquella Alemania. Y esta fuerza era alimentada por sociedades ocultas de raíces milenarias.

Mediante el Tratado de Versalles de 1919, tras su rendición al finalizar la primera guerra mundial, los aliados impusieron duros términos a Alemania con el objetivo de asegurarse que nunca volverían a constituir una amenaza. Por esta razón, Alemania perdió Alsacia y Lorena a favor de Francia, y Prusia Occidental pasó a Polonia (ver el artículo “el gran Reino de Prusia – Un ejemplo de imperio olvidado”), creándose el corredor de Danzig entre Alemania y Prusia Oriental. También perdió sus colonias,  sus instalaciones siderúrgicas, sus líneas ferroviarias y sus barcos mercantes, así como su fuerza naval. También tuvo que limitar su Ejército y someterse a la ocupación aliada de Renania durante 15 años. Pero lo peor de todo fue que los alemanes tuvieron que aceptar la plena responsabilidad como causantes de la guerra y pagar cuantiosas indemnizaciones en concepto de reparaciones de guerra. Estas medidas causaron rencor entre la población, ya que los alemanes no se consideraron más culpables que otros y no podían pagar todo lo que se les pedía. Por estas razones el Tratado de Versalles no sirvió para asegurar una paz duradera.
 

(¿Consciente?) o inconscientemente, los que redactaron el Tratado de 1919 sembraron la semilla de la discordia. Pero ello es solo un eslabón en el complejo y enigmático  movimiento nazi. La subida de Hitler al poder, ocurrida en 1933, fue bien recibida por una gran mayoría del pueblo alemán. Tras años de desempleo, alta inflación y desmoralización, Hitler supo capitalizar muy bien el descontento. Se presentó como un salvador que iba a rescatar a la nación aria del oprobio judío, Y Hitler pasó los siguientes años tratando de reconstruir la historia alemana desde cero. Para ello había que crear una nueva identidad nacional.  Y Hitler se obsesionó con esta idea y la contagió a casi todos sus colaboradores. Pero Hitler era solo el transmisor de un mensaje que provenía de mentes con delirios místicos, más instruidas, e influenciadas por un misticismo oriental mal digerido. Pero, ¿cómo se generaron estas ideas? ¿de dónde vino la idea del superhombre, de la raza aria y de la esvástica? ¿Por qué en esta tierra de grandes escritores, filósofos, científicos y músicos como Goethe, Kant, Einstein o Bach gobernó un personaje como Hitler?

La Primera Guerra Mundial proporcionó las condiciones necesarias para que los Nazis llegaran al poder, pero además existieron otras razones, no tan evidentes, que les ayudaron en la obtención del triunfo. Para comprenderlo debemos observar que, desde 1847 hasta 1917, la Historia presenta algunas de sus páginas más apasionantes, ya que vio nacer, entre otros,  conceptos tan variados como la teoría de la evolución, el psicoanálisis o el comunismo. Pero en el terreno espiritual surgen movimientos que disputan el terreno a las religiones oficiales y empiezan a confrontar un Occidente racionalista y materialista con un Oriente místico, representado principalmente por la India y el Tíbet. Y aparecen (o reaparecen) con fuerza las sociedades secretas y esotéricas, tales como los  Rosacruces, los Masones, los Espiritistas o los Teósofos. Gran parte de Europa se contagia con este renacimiento de lo oculto que conjuga la magia ritual con el simbolismo arcaico,  y que alcanza su máxima representación en Francia e Inglaterra.

Y, ¿cuál es la razón para qué naciones tan cultas y con una fuerte tradición de pensamiento racionalista se sintieron atraídas por estos cultos místicos? Este tema  no debería sorprendernos,  ya que en Francia y Gran Bretaña estos movimientos jugaron un papel muy importante en su Historia, tales  como la influencia de la francmasonería en el desarrollo de la Revolución Francesa. Sin embargo, mientras que en Francia, los Francmasones y los Rosacruces no rompieron aparentemente su relación con el catolicismo, en Inglaterra se impuso un cierto tipo de neopaganismo, con influencias satánicas. Y es que temas como el Santo Grial o el lenguaje oculto de las Catedrales, seducían a los descendientes de Avalón, la isla legendaria de la mitología celta, que se identificaban con un pasado mágico, donde convivían figuras como el Rey Arturo, Merlín o los druidas.

Veinte años después de que Robert Wentworth Little fundara la Sociedad Rosacruz Inglesa,  en 1887 surgió de su seno la Golden Dawn (“Alba Dorada”), que llegó a contar entre sus miembros con William Butler Yeats, Premio Nobel de Literatura en 1923. Y posteriormente esta Orden cayó  en las garras de Aleister Crowley,  que fue conocido como el “hombre más malvado del mundo”.  Se sabe que los personajes que sentaron las bases de la futura Orden fueron Mathers, Westcott y Woodman. Todos ellos habían participado en Logias Masónicas y eran reconocidos como ocultistas practicantes. Parece que su nacimiento se debió al hallazgo casual de unos documentos que contenían rituales de iniciación desconocidos. Desde la Orden se dice que Mathers recibió unos manuscritos cifrados, creados en el siglo XV por el abate Trithemius,  para su traducción.

Se dice que fue Westcott quién encargó a Mather traducir los manuscritos y usarlos como modelo para las Iniciaciones de la Orden de la Golden Dawn. En 1892 la Golden Dawn se enfrentó a una grave crisis que puso de manifiesto cuan frágiles eran sus cimientos. Ocurrió que la Orden había obtenido los rituales para los primeros cinco grados de la Logia de Nuremberg, en Alemania, con la que mantenía correspondencia. Sin embargo, ni un solo miembro de Golden Dawn había visitado jamás la logia alemana, ni conocía a ninguno de sus miembros. Parece que los entusiastas aprendices  de mago pisaban terreno peligroso. La Logia de Nuremberg se negó a entregar los cuatro grados de iniciación que permitían la comunicación con las jerarquías superiores, pero Mathers anunció que él mismo había establecido contacto con estas jerarquías. Aunque no se había comunicado con jerarquías celestiales, sino con unas misteriosas jerarquías de superhombres, que eran los jefes secretos del llamado Tercer Orden. Estamos llegando a un punto interesante en la historia de la Golden Dawn, porque estas Jerarquías o Superiores Desconocidos, como a veces los denominaban, parece que también fueron contactados por miembros de la Teosofía. Superada la crisis, la sociedad hermética tuvo un período de unos quince años de vida, suficientes para influir poderosamente en muchos de sus afiliados, y que contó en sus filas con destacadas personalidades, tales como el mencionado William Butler Yeats, con Bram Stocker, (¡oh sorpresa!) autor de Drácula, y con algunos científicos y actores.

La Orden practicaba magia ceremonial que incluía invocaciones a dioses antiguos. Y sorprendentemente, la calidad literaria de muchos de los rituales es francamente buena, con pasajes de alto contenido poético. También fue permitida la entrada de mujeres, convirtiéndose en una Sociedad Hermética de orden abierto. Los adeptos de la Golden Dawn aprendían el hebreo y lo relacionado con el Árbol Sefirótico, el Árbol cabalístico de la Vida que simboliza una imagen del universo que Dios habita e impregna con su esencia, además de tarot, astrología y geomancia. A diferencia de la Teosofía, que tenía una estrecha relación con el pensamiento oriental, en la Golden Dawn se buscó una aproximación al legado de los egipcios, griegos, romanos, gnósticos y cabalistas. Aunque, como hemos indicado en otros artículos, había una estrecha relación entre todos estos antiguos legados.

La reputación de la Orden sufrió un duro revés cuando saltó a la luz pública que su líder, Mathers, contactaba con unos seres que afirmaban pertenecer a una categoría distinta a la del hombre y que más tarde fueron conocidos como los jefes secretos del Tercer Orden o Superhombres. De la noche a la mañana la Orden pasó de ser considerada como una Sociedad de Brujos, con utilización de la Magia Negra. Lo que explicaba Mathers en sus informes era realmente inquietante: “…Ni siquiera conozco sus nombres, y en rara ocasiones los he visto en cuerpos físicos … Mis encuentros con ellos me han mostrado lo difícil que es para un mortal, por muy avanzado que esté, soportar su presencia … No quiero decir que durante mis pocos encuentros con ellos haya experimentado los mismos sentimientos de intensa depresión física que acompaña a la pérdida de magnetismo; al contrario, la sensación era la de estar en contacto con una fuerza tan terrible que solo puedo comparar con lo que usualmente experimenta una persona a la que un relámpago cae muy de cerca durante una violenta tormenta; esto unido a una dificultad respiratoria parecido al efecto estrangulador del éter. Debido a mi práctica en el trabajo ocultista, no puedo concebir que un iniciado mucho menos avanzado sea capaz de soportar una tensión de tal magnitud, ni aún durante unos minutos, sin que le sobrevenga la muerte…, la postración nerviosa después de cada encuentro es terrible y va acompañada de sudores fríos y hemorragias de la nariz, la boca y los oídos…”

No existe manera de certificar la validez de estos informes, provenientes de los archivos de la Golden Dawn, ya que lo expuesto atenta contra los límites de la razón. Si la Golden Dawn realizaba ceremonias secretas, que incluían la expansión de los sentidos, permitiendo al candidato el contacto con entidades ajenas a este universo o dimensión es una posibilidad no descartable, Con la llegada de Aleister Crowley a la cima de la Orden estos rumores se acrecentarían en forma desmesurada para convertirse casi en una certeza. Edward Alexander Crowley nació en Leamington, Warwickshire, el 12 de octubre de 1875. Su padre murió a edad temprana y fue educado por un tío que lo puso en manos de un tutor, que lo inició en las carreras de caballos y juegos de apuestas. Su formación prosiguió en los claustros de la prestigiosa Universidad de Cambridge. De esa época queda como recuerdo una colección de poemas pornográficos titulado White Satin. La entrada de Crowley en el mundo de la magia tiene lugar alrededor del 1900. Enseguida demuestra un gran dominio en estos asuntos que le valen la aceptación inmediata de los grandes maestros ocultistas de la época. La entrada de Crowley en la Golden Dawn fue recibida con recelo, a pesar de que fue el propio Mathers quién lo eligió como adepto y posible sucesor.

Pero poco después de estos hechos se produce la disolución de la Orden y acto seguido Crowley se aleja de la Golden Dawn para iniciar su propia Logia, la Astrum Argentinum. Trevor Ravenscroft en su obra sobre Hitler: “Conspiración de las Tinieblas”, incluye una descripción aterradora acerca de las verdaderas intenciones de Crowley: “… Pasó rápidamente por las técnicas de aficionado de culto y se dedicó en serio a la práctica efectiva de la magia negra, de una forma nueva por completo. En comparación con Crowley, puede decirse que todos los miembros de Golden Dawn no eran más que muñecos durmientes jugando a las charadas ceremoniales (…) Sus estudios se concentraban en todas las formas del iluminismo sexual y, hacia 1912, había alcanzado el Noveno Grado de una clandestina logia de Berlín, Ordo Templi Orientis, que se ocupaba tan solo de la magia sexual….”.  En otro párrafo Ravenscroft detalla “…En la época que Crowley había pasado por la Abadía de Thelema (La Abadía de Thule), en Sicilia, se había implicado en prácticas sexuales más perversas y sádicas en grado sumo. Sus ritos incluían sacrificios animales, orgías heterosexuales, flagelaciones cruentas, sodomía, ya que había descubierto que los excesos en los rituales más sádicos despertaban la visión penetrante hacia los instrumentos de las inteligencias malvadas, y además invocaba poderes mágicos fenomenales (…)”.

Crowley había invocado al Anticristo para que se manifestara, a la Bestia apocalíptica que se había aparecido a Dietrich Eckart y Alfred Rosenberg en las sesiones espiritistas del grupo Thule, en Munich. Y lo relevante para este artículo es que Crowley influyó de manera importante en la Logia Thule Alemana, que tuvo en el mago inglés a un gran mentor. Pero la Logia Thule era conocida en varios círculos de la época como una “Sociedad de Asesinos”. La relación de Crowley con Alemania fue muy amplia, destacando su conexión con el grupo gnóstico alemán O.T.O. (Ordo Templis Orientis), encabezado por Theodore Reuss, que lo nombró maestro de la filial británica y le encargó la escritura de un rito que Crowley bautizó como “La Misa Gnóstica”. Crowley falleció en completa soledad en 1947 y se dijo que sus últimas palabras fueron: “A veces me odio a mi mismo”. La Golden Dawn, en su etapa Crowley, estableció lazos entre las Logias de Alemania y Gran Bretaña. Sin embargo los ocultistas alemanes no se conformaron en circunscribirse a Ordenes Secretas, sino que alcanzaron los estratos más altos del engranaje nazi.

Un tema digno de mención es el de Helena Petrovna Blavatsky, la ocultista rusa que en el Siglo XIX creó la Escuela Teosófica y a quién muchos investigadores e historiadores le atribuyen cierto nivel de responsabilidad ideológica, por la influencia que tuvo en muchos dirigentes del Partido Nazi. Pero ¿hasta que punto estas acusaciones eran ciertas? Nadie puede negar que muchos jerarcas del régimen nazi eran teósofos confesos, pero las ideas que alimentaban sobre la obra de Blavatsky, “La Doctrina Secreta”, se basaban en adaptaciones manipuladas de los postulados de la ocultista rusa, que seguramente no hubiera aprobado las interpretaciones que de su obra hicieron estos discípulos.

Al repasar los contenidos de La Doctrina Secreta no deja de sorprender el nivel de conocimiento que muestra. Pero no resulta difícil adivinar las razones por las que los nazis se fijaron en esta obra, ya que Blavastky trataba de temas de los que apenas se tenía conocimiento. En la obra de Blavastky desfilan nombres como la Atlántida, la remota civilización perdida, así como otros continentes de gran antigüedad y de las razas que los habían habitado. También estaba en franca oposición a la teoría evolucionista de Darwin, atacaba frecuentemente a las religiones judeocristianas, y reivindicaba a Lucifer como una fuerza liberadora de la Humanidad en lugar de una fuerza maligna. Incluso Blavatsky describe los orígenes y el significado de la esvástica, el símbolo rúnico por excelencia, dentro de los estudios teosóficos acerca de la Religión y Filosofía Oriental. Quién haya leído La Doctrina Secreta coincidirá en que el carácter extravagante y explosivo de Blavastky se refleja en sus páginas.

La Doctrina Secreta, a pesar de no comulgar con muchas de las teorías darwinistas, compartía la idea de que las distintas razas no habían evolucionado de la misma manera, sino que los diferentes niveles de cada una se debían a la superioridad o inferioridad del desarrollo de la capacidad intelectual. Por esto no es de extrañar que en el seno del pensamiento teosófico se sostuviera que la raza aria, continuadora del legado atlante, y nacida en las estepas de Asia Central, sea identificada con la raza blanca mientras que las tribus africanas y austropolinésicas sean solo sombras pobres en proceso de desaparición. Como dice Blavastky : «la extinción de las razas inferiores es una necesidad kármica«. Y esto explica que una parte del discurso de Blavastky fuera adoptado por los nazis.

Otra alusión se dirige al pueblo judío de quién Blavatsky llegó a escribir “que los mismos constituyen una raza artificial aria pero degenerada en espiritualidad” ¿Blavatsky antisemita? Aunque no se intenta una justificación, los dichos forman parte de una estrategia de la Teosofía para atacar las Religiones Oficiales, a las que detestaban, ya que se inclinaban por los cultos orientalistas. Como simpatizantes neopaganas, las bravuconadas de Blavastky servían muy bien a esos propósitos. Sin embargo, hay informes que señalan que durante su estancia en París, rabinos y sacerdotes la consultaban y departían sobre la interpretación de la Kábala y el esoterismo católico. Por lo visto ellos habían comprendido que tras los excesos verbales se escondían unas cuantas verdades.

De todas las críticas que se alzaban contra la Teosofía, la que más fuerte se oía era la que cuestionaba la existencia de los Mahatmas con quién Blavastky decía estar en contacto. Estos Maestros que se creía pertenecían a una Orden Secreta del Tíbet, y de que nada se sabe, fueron los instructores de la rusa, y los mentores principales de la Teosofía. Si existieron o fueron parte de la propaganda Teosófica , es un tema que escapa a nuestra compresión, como en la Golden Dawn con sus misteriosas Jerarquías de Superhombres invisibles, en la Teosofía, al parecer se utilizaban los mismos recursos. En los reinos del ocultismo todo es posible. Como resumen debemos decir que los nazis se apropiaron de algunas de ideas de la Teosofía y la utilizaron a su favor. ¿Cuáles fueron? Por ejemplo, el creerse descendientes de los divinos atlantes encarnados en la raza aria, y que estaban en pugna, según afirmaban, con la raza degenerada o artificial de los judíos. Y vale aclarar que en ningún capítulo de la Doctrina Secreta hay una relación que una a los alemanes con la Atlántida… En cuanto a la svástica, se beneficiaron con la detallada descripción que de la cruz gamada realiza H. P. B., pero nadie imaginó que el símbolo se iba a convertir en estandarte nazi. Y con toda seguridad tampoco Blavastky.

Fernandine de Saussure, el gran lingüista suizo y creador del método estructural, hubiera tenido en Hitler su signo lingüístico perfecto, donde el significado, -idea o representación mental- fuera evocado por la palabra Hitler y el significante, -imagen de ese algo- estuviera definida por la palabra horror. Pero Hitler, no sólo representa un signo lingüístico perfecto. Como dice Erikson, la inmensa literatura psiquiátrica ha descrito a Hitler “…como un paranoide psicópata, un niño sádico amoral o un neurótico que actúa bajo la compulsión de matar. En ocasiones, era todo eso, pero, por desagracia, también algo más. Fue en primer lugar un aventurero, en una escala grandiosa. La personalidad del aventurero es similar al del actor, porque siempre debe estar listo para personificar, como si los hubiera elegido, los roles cambiantes que le sugieren los caprichos del destino. Sabía como acercarse al límite, cómo dar la impresión que iba demasiado lejos, para luego volver a acercarse a su público en suspenso… Hitler sabía explotar su propia histeria…” Y si se quiere, manipularla a su antojo.

Adolf Hitler nació un 20 de Abril de 1889 en un pueblo austríaco de Braunauarm-Inn, cercano a la frontera bávara. Su padre Alois fue un hijo ilegítimo que tomó el apellido de Hitler de su abuelo paterno. Después de la muerte de dos esposas se casó con su hijastra Klara Poelzl, 23 años más joven que él, y de esa unión casi incestuosa nació Hitler. La historia que siguió es bien conocida. Un padre violento y Hitler se convierte en un joven rebelde e inadaptado social “… El pensamiento de esclavizarme en un hombre de oficina me enfermaba… también el hecho de no ser el amo de mi propio tiempo...”, escupía en la edulcorada “Mi Lucha”, su único escrito autobiográfico. El fracaso de sus pretensiones artísticas al negársele la entrada a la Escuela de Arte en Viena, convirtió al joven Hitler en un ser resentido y amargado, carácter que se acrecentó con el fallecimiento temprano de sus progenitores.

Los pocos que lo conocieron durante esa época oscura lo describen como un “hombre perezoso, huraño y tan reacio a todo tipo de trabajo que prefería empeñar sus libros y las pocas pertenencias personales que poseía a salir a trabajar y ganarse unas pocas monedas…” El próximo salto es su entrada a la Primera Guerra, que lo dejaría preparado para su integración a la vida política alemana. Pero su antisemitismo, sus teorías raciales y su misticismo posterior, tuvieron gran influencia en su futuro ¿Por qué este período de su estancia en Austria no es casi tenido en cuanta? El error de la mayoría de los biógrafos ha sido centrar la atención en los acontecimientos posteriores, pero la etapa vienesa (1903-1913) ha sido cubierta por un manto de sombras.

Por aquellos años Hitler era un desocupado, que vendía acuarelas para sobrevivir. Repasando el trabajo de August Kubizek, que compartió una pensión con Hitler y que más tarde plasmó estas vivencias en una biografía que tituló “El Joven Hitler, la historia de nuestra amistad“, se presenta un retrato poco común y un poco idílico de su personalidad. “Los que lo conocieron aquel año en Viena no comprendían la contradicción entre su apariencia bien educada, su lenguaje culto, su comportamiento seguro y la existencia miserable que llevaba, y lo consideraban altivo y pretencioso. No era lo uno ni lo otro, simplemente no encajaba en el orden burgués...” El futuro líder fue un apasionado lector que frecuentaba las Bibliotecas Públicas de Viena. Pero fue en la Biblioteca Nacional, dependiente del Palacio de Hofburg, donde encontró su mayor fuente de inspiración. De la filosofía decadentista alemana tomó como modelos a Schopenhauer y a Nietszche.

Arturo Schopenhauer (1788-1860), heredero del pensamiento de Kant, fue uno de los primeros pensadores que fundió la filosofía oriental con la occidental. De esta época data «Querer es esencialmente sufrir, y como vivir es querer, toda vida es por esencia dolor«, influencias directas de sus estudios del Budismo. Pero es en su obra capital, “El mundo como voluntad y representación” donde hallamos al verdadero Schopenhauer. Aquí postula que la verdadera esencia del hombre se encuentra en la práctica de la voluntad a la que considera su motor, y afirma con notable pesimismo que “toda satisfacción, o lo que comúnmente se llama felicidad, es, por su naturaleza, siempre negativa, nunca positiva”. Años más tarde Nietzsche llevaría al extremo el camino emprendido por Schopenhauer.  Se ha creído ver en Friederich Nietzsche (1844-1900) -el hombre que dijo, entre otras cosas, “Dios ha muerto”-, al real impulsor e ideólogo del nazismo. Este filósofo, nihilista y ateo, defensor de la raza aria, blasfemo antijudío y visionario del superhombre, dejó una obra extensa y compleja. Sostenía que la superación de hombre estaba dada por la voluntad del poder que lo elevaba como especie. Dicho en otras palabras, la supervivencia del fuerte sobre el débil, una clara herencia darwinista.

En su obra “Así habló Zaratustra” expresa con firmeza que «el superhombre es lo que yo amo, él es para mí lo primero y lo único, -y no el hombre: no el prójimo, no el más pobre, no el que más sufre, no el mejor-«. Y aunque la Historia lo exima y se extiendan ideas de manipulación e interpretación errónea, no hay duda de que la esencia de Nietzsche caló hondo en el joven Hitler, que más tarde puso en práctica lo esbozado. Sin embargo no se puede cargar a la Filosofía el peso de la responsabilidad por los terribles hechos. El lector absorbe, pero a veces no decodifica, como sin duda fue el caso de Hitler.

La Divina Comedia, de Dante; La Educación de la Raza. de Lessing, o el Fausto, de Goethe, fueron otras obras que mantuvieron ocupada la mente del joven Hitler. La Historia sin embargo fue una de sus asignaturas favoritas y a nadie escapa que en multitud de discursos hizo gala de su sapiencia en la materia. Alan Bullock, uno de los biógrafos más importantes, escribió: “pasaba mucho tiempo en bibliotecas públicas, pero su lectura eran indiscriminada y nada sistemática: La Antigua Roma, Religiones Orientales, Yoga, Ocultismo, Hipnosis, Astrología..” Este aparente interés por disciplinas poco ortodoxas muestran en Hitler un aspecto inusitado y desconocido. ¿Se trataba de un típico joven con inclinaciones místicas o existía un algo más? Existía, como ya se verá… …En esta pequeña ciudad junto al río Inn, bávara por la sangre y austriaca por la nacionalidad, iluminada por la luz del martirio alemán, vivían, hacia fines del siglo pasado mis padres...” Dejando de lado la prosa poética de Hitler, centrémonos en Braunauarm-Inn, su pueblo natal. Pocos conocen que este poblado fue considerado un “hervidero de médiums y videntes”, y menos aún que “que dos famosos médiums, los hermanos Schneider, nacieron en él, y que uno de ellos tuvo la misma ama de cría que Hitler”.

Así como no hay una mera coincidencia en nacer en un pueblo de brujos, tampoco lo es el hecho de que la Abadía benedictina de Lanbach, donde Hitler experimentó “la fervorosa vocación del sacerdocio” fuera un sitio tapizado por cruces gamadas. Un lugar, que “fue un poderoso foco de atracción para los iniciados de los secretos del templarismo, esa mística mitad monje, mitad soldado”, y que era visitada por regularidad por Adolf Joseph Lang, más tarde fundador de la Orden del Nuevo Temple y que luego sería conocido como George Lanz Von Liebenfels. Y aquí debemos extendernos un poco sobre este hombre que también contribuyó en el caudal racista de Hitler.

George Lanz von Liebenfels nació en 1872. “A los 19 años tomó el hábito cisterciense”, que le permitió tener un conocimiento acabado de la Biblia y los Evangelios, además de su incursión en la naciente teosofía. Sus anormalidades se desarrollaron pronto. Creía en la teoría que postulaba que Cristo-Frauja, nombre germánico antiguo “fue un iniciado ario que se opuso a las fuerzas oscuras representadas por la sinagoga”. ¿Vamos entendiendo? Más tarde llevó al extremo estas concepciones en un libro que tituló: “La Teozoología o los Simios de Sodoma y el electrón de los Dioses”, mezcla absurda de misticismo teosófico, temática evolucionista, antropología y zoología. Un verdadero engendro. Para aclarar: los arios serían los hijos de los dioses, la raza Teozoa, en eterno conflicto con la raza Antropozoa -judíos- especie inferior, con características animales y sólo accesoriamente humanos, con tendencia a la práctica desenfrenada de la sexualidad que corrompen a los hijos de los dioses.

Lanz se lanzó a la publicación de una revista, a la que bautizó como Ostara -nombre que según se cree responde a la pascua germánica y la adoración de una antigua divinidad estacional indogermana-.  Ostara publicó artículos que no se sonrojaba ante la mezcla descarada de sexo mezclado con ocultismo. Al parecer la publicación tuvo cierto eco entre la sociedad vienesa, que durante más de veinte años (1905-1927) acompañó con guiños de aprobación el mensaje racista que Lanz proponía. Por desgracia Austria no fue suficiente y el tumor se expandió peligrosamente a otras fronteras. Y aquí debemos volver la mirada a nuestro principal actor ¿Absorbió Hitler este aire enrarecido o sólo fue otro ciudadano pasivo inmerso en las circunstancias? Gran cuestión, porque no todos están seguros de que la conexión Lanz-Hitler se concretase en algo.

Entre los argumentos a favor se encuentra un testimonio del propio Lanz, que relató como en 1909 “recibió la visita de un joven que dijo llamarse Adolf Hitler, interesado por comprar los números atrasados de la revista Ostara. Lanz se los regaló al percibir el estado de miseria del joven”. Investigaciones posteriores confirmaron que el domicilio que dejó Hitler a Lanz corresponde a la pensión que habitó por espacio de un año en Viena. ¿Por qué entonces se sugiere que estos relatos carecen de veracidad? “Para unos se trata de un mito, ya que no consta que Hitler fuera lector de Ostara // Algunos historiadores afines al nazismo afirman que atribuir a Hitler interés por Ostara es un arma más de la guerra psicológica destinada a ridiculizar al Führer...”.

Nada impide atar cabos. Lo cierto es que un joven reacio al trabajo, pintor frustrado, y de carácter díscolo, adquirió muy pronto conocimientos ignorados sobre lo oculto. Y si bien hemos testificado de sus lecturas indiscriminadas y del ambiente reinante en Europa, su posterior ascenso dentro de esos círculos conoció maestros más avezados que, tras los bastidores, crearon los verdaderos lazos entre este mundo y el más allá. La educación de Hitler, como veremos a continuación, fue un largo proceso que ocupó casi toda su vida. Para más datos, os invito a penetrar en los secretos de la sociedad secreta Thule. Thule Gesellschaft: Isla blanca, corazón negro. Según dijo Dietrich Eckardt: “Necesitamos a un hombre que encabece el movimiento, un hombre que pueda soportar el sonido de la ametralladora. Es necesario que la chusma sienta el miedo en las entrañas. No podemos utilizar a un oficial porque la gente ya no los respeta. El hombre más adecuado sería un trabajador que supiera hablar”.

¿Cómo nació el Partido Nacional Socialista Obrero Alemán-NSDAP? Repasando la historia sabemos que su origen tuvo lugar después de la derrota que sufrió Alemania en la Primera Guerra, que impregnó el aire germano con un sentimiento de furia, desasosiego y humillación, condiciones necesarias para el posterior desarrollo de esta clase de partido, que en un principio fue ideado para las masas obreras. La historia ya se sabe, la escribe el bando ganador, y algunos secretos se guardan para mejor ocasión. ¿Podría ser éste el caso del Partido Nazi? o ¿sus vinculaciones con la Logia Thule, son solo divagaciones o delirios? Lo que podemos constatar es  que un Hitler muy cambiado regresó de las trincheras.

La transformación del modesto pintor que vagaba sin rumbo por las calles de Viena había sido realmente sorprendente. En la solapa de su uniforme resaltaba la medalla al valor, la Cruz de Hierro, que le valiera ser promovido a cabo. Las perspectivas de esa Alemania sombría y pobre, enfurecían a Adolf, que después de los padecimientos juveniles, no deseaba volver al pan rancio. Su opción era el cuartel, y debido a su brillante hoja de servicio se le permitió quedarse. Fue así como demostró condiciones relevantes en el campo del espionaje. En aquella época el comunismo era un cáncer a extirpar y Adolf aborrecía el comunismo. No tardó en infiltrarse en los mítines y en las marchas comunistas. Y su entusiasta participación permitió la captura de muchos dirigentes y no le tembló el pulso cuando delató a la mayoría, que rápidamente engrosaron los pelotones de fusilamiento.

Encantados con el cabo y sus habilidades, se le especializó en política y fue así que Ernst Rhom, capitán del VII ejército,  lo tomó bajo su tutela. Más tarde Rhom, sería nombrado Jefe del Estado Mayor en el futuro Partido Nazi. Y fue Rhom quién lo puso en contacto con Dietrich Eckard, quién se encontró con el discípulo tan esperado. ¿Y la sociedad Thule? Eckard era el gancho.  Dietrich Eckard, el hombre que dijo “Yo he iniciado a Hitler en la Doctrina Secreta, he abierto sus centros de visión y le he proporcionado los medios para comunicarse con los poderes”, fue un individuo cuya historia contiene algún paralelismo con los de su famoso discípulo. Se sabe que fue un brillante estudiante de Letras, pero que no terminó el doctorado. Era disperso, y le gustaba vagabundear, durmiendo en los bancos de las plazas y evitando todo trabajo fijo.

Bebedor descontrolado y morfinómano dependiente “hospitalizado en varias ocasiones para curarse de su adicción”, Eckard casi pierde la razón y hasta pasó una temporada en “un asilo para lunáticos en Berlín, donde sus únicos compañeros eran los enfermos mentales”. Practicaba la magia pagana que en ese entonces estaba muy de moda por Europa, y se cuenta que pertenecía a un grupo que para expandir la mente empleaba al peyote mexicano como dilatador. Amante de la Historia Medieval, y defensor de todo lo Oriental, su devoción cultural era resultado de sus viajes “por los países árabes del norte de África”, incluidas sus visitas a la España con raices musulmanas, tales como Barcelona y Granada. Cuando trabó amistad con Hitler, Eckard era conocido en Alemania como un “poeta, escritor e historiador de talento, y amante de los chistes ingeniosos”. Pero se ignora que, tras su fachada, se escondía “un satanista entregado, el adepto supremo a las artes y los rituales de magia negra y la figura central de un poderoso y muy extendido círculo de ocultista: el Grupo Thule”.

La Thule Gesellschaft no fue una creación exclusiva de Eckard. Él fue tan solo uno de los impulsores. Su nacimiento hay que rastrearlo a partir de las disidencias que se registraron en otro grupo, conocido como La Orden de los Germanos. El propósito de esta Orden, una continuadora de la tradición de antiguas logias europeas, era crear una francmasonería alemana, liberada del dominio judío que ellos creían ver en las obediencias regulares y que, al ser secreta, evitara la penetración de los espías hebreos. “Tenían vocación elitista y querían reunir en sus filas a lo mejor del Reich”. Y consideraban que “la historia nos ha enseñado que mientras el ario construye, el hebreo destruye”.

Cuando se produce la ruptura dentro de la Orden, en 1916, un personaje entra en escena: Adam Alfred Rudolf Glauer, más conocido como el barón Von Sebotendorf. De la Germanennorden Walvater del Santo Grial, resultado de la escisión, surgirá su rama bávara, la Logia Thule, cuyo destino durante tres años estará bajo el mando de Von Sebontendorf. En una autobiografía, “El talismán de los rosacruces”, relata que desde muy joven tuvo contactos “con escuelas y tradiciones iniciáticas”, y explica su estancia en Egipto, dónde residió por un tiempo, así como su posterior paso por Turquía , donde se impregnó de conocimientos ocultos. En 1908 regresa a su Alemania natal, llegando a la conclusión de que el “esoterismo islámico y el germánico tienen un sólo y mismo origen”.

El nombre de la Logia Thule proviene de una leyenda nórdica que predicaba el lugar de origen de los arios, una tierra mágica, a la que muchos atribuyen un pasado atlante. Según palabras del filósofo francés René Guénon, gran estudioso del misticismo, “ella fue la Isla Sagrada por excelencia y su situación era literalmente polar en el comienzo. Todas las demás Islas Sagradas , por nombre de idéntico significado, no fueron sino imágenes de aquella”. Poco es lo que sabe de las actividades internas de la Logia. Escritos posteriores de Sebontendorf han revelado que se exigía a los socios fidelidad a la tradición germánica y a una pureza racial absoluta, que debía llegar hasta la tercera generación. Fondos de la Logia Thule se invirtieron en la compra de un periódico local, el Munchener Beobachter, donde se alternaban “artículos de deportes, con notas de carácter antisemitas y germanistas”.

Los acontecimientos de 1918 cambian drásticamente la orientación de la Logia Thule. La agitación comunista empieza a soplar con fuerza por toda Alemania, después de los sucesos de Octubre en Rusia. Los trabajadores de la izquierda se movilizan al mando de Kurt Eisner, que toma el poder en Baviera. Los miembros de la Logia Thule se movilizan rápidamente para contrarrestar el avance rojo y se producen las primeras escaramuzas. Los miembros de la Thule se involucrarán con fuerza en esta lucha sin cuartel  y muchos de ellos encontrarán la muerte a manos de los “guardias rojos”. En “Antes que Hitler viniera”, obra  de Sebontendorf, se descubre que “Hitler en sus primeros meses de actividad pública se apoyó en dos fuerzas políticamente organizadas y dependientes de la propia Thule: el Partido Alemán de los Trabajadores y el Partido Socialista Alemán. De estos tres grupos, Hitler hizo el Partido Nacional Socialista Obrero Alemán”.

Después de su breve incursión en el ámbito de la política, la Logia, ya sin la influencia de Sebonterdorf,  iniciará un camino más oculto  y se retraerá a su universo místico conducido por Dietrich Eckard, que la volverá a encauzar a su escenario primario: la práctica del ocultismo negro, del que Hitler será su discípulo más temerario. Cuando Eckard conoce a Hitler, enseguida advierte en el furibundo orador cualidades innatas. La combinación de odio, racismo, resentimiento, y locura incipiente convierten a Hitler en un candidato que no se debe dejar escapar. Es el inicio a la carrera hacia la maldad: “El círculo interior del Grupo Thule se componía exclusivamente de satanistas que practicaban la magia negra. Es decir, tan solo se ocupaban de elevar sus conciencias mediante rituales hasta una percepción de inteligencias malvadas y no humanas en el universo, así como encontrar un medio de comunicación con estas inteligencias”. Pero nos preguntamos, ¿realmente hay un puente hacia esas inteligencias? Volvemos a situarnos en un problema que también nos lega la Teosofía, La Golden Dawn y las prácticas del mismo Crowley ¿es posible tal comunicación? ¿O todo es pura fantasía?

Adentrándonos más en la Logia Thule vislumbramos que unos de sus postulados básicos era la firme creencia de un salvador, un Mesías Ario que devolvería la grandeza al pueblo germano. Pero a diferencia del Jesús Cristiano, que proclamaba la unidad de todos los semejantes, sin distinción de raza o credo, este Mesías debía iniciar una lucha contra las razas inferiores y que no encajaban con el modelo a implantar. Hitler fue proclamado por Eckard y otros visionarios ocultistas como el Mesías Negro, que además se convertiría en el canal que posibilitaría las comunicaciones con ese “más allá”. Los escasos estudios que encontramos sobre estas sectas neopaganas sugieren que para alcanzar sus niveles misticos recurrían con frecuencia a las drogas dilatadoras de conciencia, que en la jerga actual se denominan psicodélicas. Lanzados estos neófitos al universo de lo sensorial, imaginamos los graves trastornos que estos consumos provocaban en el organismo y la confusión que lentamente los envolvía, teniendo en cuenta que el camino elegido distaba mucho de cualquier espiritualidad. ¿Ayuda esta teoría a explicar los súbitos cambios de humor que Hitler experimentaba en su personalidad?. ¿Influenciaron estas experiencias psicodélicas en el desarrollo de su hipnótica oratoria?

Analicemos la voz del Führer. Basta observar las grabaciones de la época para advertir el terrible poder que emanaba de sus palabras y que movilizaban a masas enteras que, hechizadas, parecían responder a este influjo. Allan Bullock decía que “su poder para embrujar a la audiencia ha sido comparado con las artes ocultas de los curanderos africanos o los chamanes asiáticos; otros los han comparado con la sensibilidad de un médium, y el magnetismo de un hipnotizador”. ¿Detentaba Hitler tal poder? ¿Fue educado en su potencial? No estamos del todos seguros,  pero lo que si sabemos es que un astrólogo y vidente, Hanussen, le dio lecciones de psicología y oratoria. Strasser, uno de sus estrechos colaboradores escribió: “… Hitler responde a las vibraciones del corazón humano con la delicadeza de un sismógrafo… lo que permite, con certeza, lo que ningún don consciente podría otorgarle: actuar como un altavoz que proclama los deseos más secretos, los sentimientos más personales de toda una nación…”.

Dietrich Eckard no llegó a presenciar los avances que en esta materia alcanzaría su diabólico discípulo, ya que moriría víctima de la iperita en 1923. Antes de su muerte había pronunciado: «Seguid a Hitler. Él bailará, pero yo he compuesto la música. Le hemos dado los medios de comunicarse con Ellos… No me lloreís: yo habré influido en la Historia más que ningún alemán…» Karl Haushofer, el siniestro  geógrafo, dijo: «…Quien domine a la tierra corazón, dominará la isla mundial y quien domine a la isla mundial, dominará al mundo«. El que fuera un ferviente creyente del “Espacio Vital o Lebensraum” en su acepción alemana, no solo manejó la geopolítica con maestría, sino que traslado sus concepciones a otras esferas que incluyen, además de geografía, el ocultismo tibetano e interpretaciones muy personales de la Doctrina Secreta.

Cuando se intenta comprender el porque de la existencia de los campos de concentración, que llevaron al exterminio a miles de seres humanos, se debe volver hacia el Lebensraum, la idea que dio cuerpo a las futuras atrocidades. Desde la óptica de todo alemán adicto al III Reich, el Espacio Vital significaba conquistar territorios, ocuparlos y esclavizar a pueblos enteros, en beneficio de la hegemonía alemana, que se sentía atrapada en la geografía que el destino le había decretado y, por lo tanto, era un derecho a alcanzar. Karl Haushofer (1869-1946), el divulgador del Lebernsraum, que más tarde sería materia obligatoria en todas las escuelas alemanas, fue ante todo un brillante geógrafo que pasó largas temporadas en Japón y la India, ejerciendo labores de inteligencia para Alemania. Fue así que se cultivó en las principales lenguas orientales, llegando a dominar el japonés y el antiguo sánscrito, que le posibilitaron la introducción al misticismo oriental, del que se hizo adepto. Más adelante hablaremos de la Logia Luminosa o Vril.

Todos los biógrafos coinciden en que Haushofer conoció a Hitler a través de Rudolf Hess, quién era su discípulo en el departamento de geopolítica de la Universidad de Munich. La relación con Hitler cobró fuerza durante la estancia de éste como prisionero en la Fortaleza de Landsberg, a raíz de los sucesos del Putsch de 1923. Haushofer comenzó a visitarlo regularmente, “armado de sus libros de geopolítica”. Más tarde el profesor jugaría una carta clave en los asuntos exteriores del Reich, en especial en lo referido a la Alianza entre Japón y Alemania. Pero la enseñanza de la geografía expansionista sólo era una parte de la educación de Hitler, que más tarde Haushofer complementó con sus conocimientos sobre los misterios del Tíbet y su particular visión de la Doctrina Secreta.

Durante su estancia en Oriente Haushofer se involucró de lleno en las concepciones budistas y en las prácticas de las ciencias ocultas. Por ese entonces circulaban leyendas de ciudades subterráneas habitadas por supervivientes de una antigua civilización, la Atlántida, que después de la sumersión de la Isla habían ido a refugiarse en esa zona inaccesible, ahora conocida como el Desierto de Gobi, cerca del Tíbet. Los viejos mitos hablaban de una terrible guerra que había asolado a los pueblos de la Atlántida, una lucha entre el bien y el mal, o de los que practicaban la magia blanca en contra de los que practicaban la magia negra. Después del cataclismo los atlantes se dividieron entre los que siguieron el sendero de la derecha o fuerzas del bien, que canalizaron en una zona que se llamó Agharthi, y los que siguieron el sendero de la izquierda y que respondían a los poderes de las tinieblas, al que se llamó Shamballa.

Haushofer no sólo absorbió esta leyenda, sino que participó en forma activa en el Budismo que seguía los preceptos de Shamballa. Vean sino este informe sobre la Historia de la Svástika: El budismo se dividía en tres ramas: Los Gorros amarillos que practicaban las enseñanzas de Buda en sus ámbitos religiosos, moral, ascético y que en nuestra época constituyen la mayoría de los monjes que dicen ser fundadores de la doctrina. Su hábito ocre amarillo les dio ese nombre. Su símbolo era la svástica dextrógira. Y se cree que representa a Vishnú, Dios de la vida. También  había los Gorros rojos, que practicaban un budismo mezclado con tantrismo, con una mezcla que exigía el uso de la mujer en algunos ritos. Los Gorros rojos deben su nombre al color de su vestimenta.

Un tercer grupo lo constituían los Gorros negros, que practicaban con el nombre de budismo un chamanismo que no era más que brujería. Mezcla de sacrificios de sangre con sexo tántrico. Es la religión más antigua del Tíbet, anterior a la introducción del budismo. Esta religión lleva el nombre de bon, y sus adeptos se llaman bonpos o boenpos. Su símbolo es la svástica sinistrógira o cruz gamada, que es la que adoptaron los nazis. Y se cree que representa a Shiva, Diosa de la Destrucción. Haushofer pertenecía al Budismo de Gorros Negros que después trasladaría a la Alemania Nazi.

Semejante maestro debió causar una honda impresión a Hitler, si se piensa que Haushofer practicaba la arquería, era una gran conocedor del Zen, y hablaba a la perfección el idioma japonés. Pero nada lo había preparado para la revelación que sobre la Doctrina Secreta aprendió del Profesor. Ya hemos mencionado las ridículas interpretaciones que los teósofos nazis utilizaron para su propio servicio. La Doctrina Secreta que Haushofer enseñó a Hitler distaba mucho de lo predicado por Blavatsky. Es así que a través de los ojos de Haushofer surge una historia fantástica donde los Arios son transformados en una raza especial que surge en los últimos tiempos de la Atlántida. Son astutos, inteligentes, humanos pero que están en contacto con jerarquías espirituales que los entrenan y les educan en la apertura del tercer ojo. Las demás razas son inferiores y con apéndices animales. Y surgen terribles batallas por estos nuevos avances en la purificación de la raza.

Más tarde “los pueblos Arios fueron trasladados a otras regiones por Manu, el último de los Dioses Hombres o Superhombres. La migración los llevó por toda Europa y Asia hasta el área del Desierto del Gobi, y desde allí hasta las montañas del Himalaya. Allí, en el techo del mundo fue fundado un Oráculo del Sol, que dominaría y dirigiría las Siete Civilizaciones de la era postatlántica. Los iniciados en este Oráculo se reencarnaban como líderes de los diversos pueblos que también habían sobrevivido al Diluvio y se instalaron en todos los rincones de Europa, Asia y América. La inmensa mayoría de los mejores arios se establecieron en la India…” Y como finaliza Ravenscrof: “las enseñanzas racistas que Hitler recibió en el Landberg serían implantadas en el entrenamiento de las formaciones SS y en los castillos en los que se pretendía que surgiera una nueva gama de superhombres nazis”. Es interesante observar como estas revelaciones fueron aplicadas en el Reich con fuerza si pensamos en la búsqueda del Superhombre, las misteriosas expediciones que se llevaron a cabo en el Tíbet y en América, sin contar con los terribles experimentos que se llevaron a cabo en los campos de concentración para la creación de esta nueva raza.

Se recomienda lleer el artículo «Los enigmas del Nazismo 2/2«

octubre 13, 2010 - Posted by | Atlántida, Historia oculta, Otros | , ,

21 comentarios »

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    Comentarios por Ranga Shankara | octubre 13, 2010 | Responder

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      Comentarios por oldcivilizations | octubre 14, 2010 | Responder

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    Comentarios por Flossie Konakowitz | febrero 3, 2011 | Responder

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    Comentarios por evans fashion | febrero 22, 2011 | Responder

  5. Puede ser más ficción que realidad, no hay bases históricas serias para decir tantas cosas sobre este hombre histórico

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    Comentarios por josebolivarvillarrealm. | febrero 24, 2011 | Responder

    • La historia es como un objeto que miramos a través de un prisma de mil caras. Dependiendo de la cara veremos un objeto distinto. Me gustaría que la mayor parte de lo que escribo sobre el nazismo fuese ficción, pero me temo que no es así.

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      Comentarios por oldcivilizations | febrero 24, 2011 | Responder

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    Comentarios por program tv | febrero 27, 2011 | Responder

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    Comentarios por feather extensions wholesale | julio 13, 2011 | Responder

    • Thanks for your comments. In reality I am not trying that the readers give credit to all what I say. And also part of the information is difficult to confirm, given that is based in the information of people not present today.

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      Comentarios por oldcivilizations | julio 14, 2011 | Responder

  13. No sabía que usted me citaba en éste libro, la sorpresa inicial deja paso a la nostalgia del pasado, cuando escribía artículos para revistas esotéricas. Imagino que ya sabrá quién soy, no obstante, si desea cambiar imprsiones me encontrará en mi facebook:
    David Montesinos Espès
    Un cordial saludo!

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    Comentarios por David | diciembre 12, 2011 | Responder

    • Pues sinceramente no sé quien es ni tampoco me consta que haga referencia a su nombre en mis artículos. De todos modos, por lo que comenta, en el pasado ha escrito artículos en revistas esotéricas, por lo que sí es posible que haya leído alguno de sus artículos, ya que después de leer «el Retorno de los Brujos» me interesé por temas relacionados con temas de este tipo. También cordiales saludos.

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      Comentarios por oldcivilizations | diciembre 12, 2011 | Responder

  14. Hola Manuel: aunque celebro la información del blog, encuentro un problema que pasa por la ausencia de fuentes, como es el caso de este artículo sobre el nazismo, cuya autoría me pertenece, lo cual a mi entender le resta brilla a tu sitio. A buen entendedor sobran palabras, lo justo es justo.

    Saluda
    Débora Goldstern
    http://cronicasubterranea.blogspot.com/

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    Comentarios por Débora Goldstern | febrero 8, 2012 | Responder

  15. Aquí mi artículo:

    Haz clic para acceder a tercer_reich.pdf

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    Comentarios por Débora Goldstern | febrero 8, 2012 | Responder

    • Hola Débora. He leído tu artículo y luego he revisado la fuente que utilicé para este artículo, en que he visto una nota de que el libro en que me basé, ”Claves Ocultas Del Nazismo”, fue escrita por tí. He puesto una nota en el artículo haciendo referencia a esta fuente. Disculpa por no haber puesto antes la fuente de información para este artículo. Saludos.

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      Comentarios por oldcivilizations | febrero 8, 2012 | Responder

  16. Muchas gracias Manuel por atender mi pedido, este gesto habla muy bien de tu persona. Cualquier a tu disposición, saluda, Debbie

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    Comentarios por Débora Goldstern | febrero 9, 2012 | Responder


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